El lenguaje JavaScript es odiado y temido a lo largo y ancho del terreno del desarrollo. Pero es más incomprendido que otra cosa. JavaScript debe ser entendido como el ensamblador de la web, o el bytecode de la web. Su flexibilidad y potencia facilita la comisión de errores, dificulta su depuración y hace muy compleja su refactorización.

Sin embargo hay varios lenguajes que pueden ser transpilados a JavaScript, especialmente TypeScript o Elm, que ofrecen muchas ventajas sobre JavaScript plano.

Así que, ¡muera el JavaScript! Usemos otros lenguajes que se transpilen a JavaScript, por lo que…¡larga vida al JavaScript!


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